En los últimos días se ha desarrollado una desafortunada cadena de acontecimientos que se puso en marcha con el descubrimiento de que la cuenta de Steam del jugador Marc Terexino Laino del equipo de Counter-Strike: Global Offensive del equipo español Penguins había sido marcada por el sistema antitrampas de Valve VAC.
Unas horas después de que se hiciese pública esta cazada de la plataforma al jugador sobre la que se ignoraba el ámbito (¿partidas privadas o las disputadas por el jugador en la Superliga Orange), su equipo lo expulsaba del club al tiempo que iniciaba una investigación interna y un proceso de colaboración con la LVP, organizadora de la competición afectada.
El comunicado de Penguins recogía la confesión de Terexino, que habría confirmado a sus compañeros el uso de estas soluciones ilícitas, al tiempo que aseguraba que estos no tenían conocimiento de unas acciones puramente individuales y que los dejaban ahora en una situación tan comprometida.
Finalmente desde la organización de la Liga de Videojuegos Profesional se han pronunciado con las medidas acordadas para jugador y equipo. El joven catalán no podrá volver a participar en competiciones organizadas por LVP durante al menos dos años, un castigo que corresponde con el habitual en la escena de CS:GO. En cuanto al equipo Penguins, podrá continuar en la Superliga Orange del juego tras perder todos los puntos conseguidos hasta ahora en la temporada, que pasarán a sus rivales.
La situación de las trampas en Counter-Strike: GO ha sido discutida en multitud de ocasiones en especial entre la comunidad de aficionados del juego, que ven que los supuestamente denostados esfuerzos tecnológicos de Valve para suprimir estas acciones no dan el fruto esperado.
En el apartado competitivo profesional no es tan común que se den casos como el de Terexino, aunque fuera de nuestras fronteras sí hemos presenciado en varias ocasiones la caza de un tramposo que militaba en grandes ligas como en el conocido caso del francés saltarín KQLY durante un ESL One.
Unas horas después de que se hiciese pública esta cazada de la plataforma al jugador sobre la que se ignoraba el ámbito (¿partidas privadas o las disputadas por el jugador en la Superliga Orange), su equipo lo expulsaba del club al tiempo que iniciaba una investigación interna y un proceso de colaboración con la LVP, organizadora de la competición afectada.
El comunicado de Penguins recogía la confesión de Terexino, que habría confirmado a sus compañeros el uso de estas soluciones ilícitas, al tiempo que aseguraba que estos no tenían conocimiento de unas acciones puramente individuales y que los dejaban ahora en una situación tan comprometida.
Finalmente desde la organización de la Liga de Videojuegos Profesional se han pronunciado con las medidas acordadas para jugador y equipo. El joven catalán no podrá volver a participar en competiciones organizadas por LVP durante al menos dos años, un castigo que corresponde con el habitual en la escena de CS:GO. En cuanto al equipo Penguins, podrá continuar en la Superliga Orange del juego tras perder todos los puntos conseguidos hasta ahora en la temporada, que pasarán a sus rivales.
La situación de las trampas en Counter-Strike: GO ha sido discutida en multitud de ocasiones en especial entre la comunidad de aficionados del juego, que ven que los supuestamente denostados esfuerzos tecnológicos de Valve para suprimir estas acciones no dan el fruto esperado.
En el apartado competitivo profesional no es tan común que se den casos como el de Terexino, aunque fuera de nuestras fronteras sí hemos presenciado en varias ocasiones la caza de un tramposo que militaba en grandes ligas como en el conocido caso del francés saltarín KQLY durante un ESL One.
Sólo dos años? BANEO de por vida en competiciones, eso debería de ser así para todos los chetos.