Los dos equipos se daban cita en el Bilbao Arena para un maratón al mejor de cinco mapas para el que se anticipaba una relativa igualdad entre dos alineaciones que por otra parte habían empleado estrategias bastante diferentes para llegar a este encuentro.
MAD Lions repetía final desde el split de primavera logrando mostrar su mejor juego precisamente a la hora de la verdad, clasificándose de forma bastante ajustada para los playoffs pero imponiéndose después a sus rivales y logrando incluso el mencionado upset contra los favoritos a llevarse el título. Con estas circunstancias, se abría la posibilidad de mantener la corona también en verano, logrando una hazaña por el momento inédita entre los equipos de la Superliga pero que sin duda no sorprendería tanto de manos de Werlyb y compañía.
Los Vodafone Giants por otra parte alcanzaban su puesto en la final después de dos temporadas de duro trabajo para hacerse un nombre en la competición de máximo nivel nacional, con múltiples despedidas y bienvenidas a nuevas estrellas como Iván Razork Martín, Pavle Yoppa Kostic o Petr Denyk Haramach. A lo largo de estos meses han desplegado un juego variado, capaz de coger desprevenido a casi cualquier rival y propenso a descolocar las apuestas (que en este caso favorecían sin excesos a sus rivales).
En la partida inaugural los leones subían a la arena pisando muy fuerte, demostrando por qué varios de sus jugadores son considerados los mejores de España en sus posiciones y cómo de en serio se toma su entrenador Araneae los inicios de mapa. Con una ventaja de 5K de oro en poco más de 10 minutos, el equipo se crecía y mantenía un control perfecto de los neutrales y las torres, duplicando esa ventaja según se acercaba la primera media hora.
Pese a algunos sustos que demostraban la resistencia de los Giants y su magnífica capacidad para hacer valer la fuerza del grupo en inferioridad de equipamiento, los leones se llevaban un entretenido primer juego entre el clamor del público asistente.
Todo parecía indicar que el segundo partido seguiría parecidos derroteros, con una clara ventaja para los leones en bajas y recursos durante los inicios, sin embargo en este caso la respuesta de los gigantes se mostraba incluso más contundente y al cabo de media hora el rumbo del marcador cambiaba. El magnífico esfuerzo de los de Razork conseguía sus frutos igualando el marcador y frenando (momentáneamente) el impulso de los Lions.
Precisamente el impulso de la anterior victoria suponía un factor determinante al comienzo del tercer mapa (después de que el público tuviese tiempo a enfriarse un poco con el 1 vs 1 amateur organizado con uno de los patrocinadores), con jugadas individuales espectaculares (pero arriesgadas) como la primera e inesperada baja lograda por el mid laner Kashtelan. Sin embargo, la presión de los leones se volvía insuperable hacia la media hora de partida, proporcionándoles una amplia ventaja y finalmente dejándolos a un punto de la gloria.
Los comienzos en el cuarto mapa apuntaron enseguida a la posibilidad de que no llegásemos a ver un quinto: la mayor consistencia de los leones tanto en su plan de ataque inicial como en la estrategia de reuniones para las emboscadas dejaba el listón justo por encima de lo que los gigantes podían alcanzar. Finalmente y para lamento de los asistentes (al menos de una buena parte de ellos), los MAD Lions cerraban la final con una última victoria menos reñida que las de los anteriores mapas y alcanzaban el sueño de sus dos galardones consecutivos.
Además de para los MAD Lions, las finales de la SLO han supuesto un gran éxito para la organizadora LVP, que ha visto un lleno de asistencia con más de 3.000 personas en directo en el estadio y unas 32.000 a través de Twitch. Todo ello a pesar de algunas dificultades técnicas y momentos chirriantes en la presentación de animadores como Future, circunstancias casi inevitables que tampoco han podido empañar una tarde del mejor League of Legends.
