Los encuentros correspondían a la fase de grupos de la Overwatch Contenders para América Latina y se habían disputado durante los fines de semana del 13 de marzo al 13 de abril, pero su emisión se había retrasado entre tres y cinco días en cada caso.
Originalmente desde Blizzard habían hecho hueco a estos encuentros los martes y viernes de cada semana, pero la compañía tomó la decisión de separar los partidos de sus correspondientes emisiones en respuesta a una queja pública firmada por 17 de los clubes preocupados por la imposibilidad de compaginar los choques a mediodía los martes y viernes con las obligaciones formativas y laborales.
Esta particularidad de las emisiones fue anunciada públicamente y recogida por múltiples medios internacionales y locales de los países implicados en la competición, pero este factor no impidió que varias webs de apuestas deportivas las incluyesen entre su propuesta, introduciendo una importante puerta al abuso de información privilegiada.
Además de los propios jugadores y sus entrenadores, múltiples miembros de la organización de los torneos podrían conocer los resultados de los encuentros con tiempo suficiente como para propiciar el fraude en las apuestas. Los responsables de Betway, una de las webs implicadas, aseguraron que confiaban en la integridad de los participantes y que las apuestas se habían desarrollado con la diversidad de elecciones propias de un proceso a ciegas.
Esta y otras de las webs con las que contactaron en DotEsports han ido retirando desde entonces la posibilidad de apostar en los citados enfrentamientos en diferido sin llevar a cabo declaración alguna al respecto. Desde Blizzard tampoco ha habido una respuesta oficial, aunque en el campo de las apuestas su postura habitual es la de atenerse a la más estricta legislación estadounidense.