Fnatic comenzó la semifinal con una aproximación extraordinariamente agresiva, destinada a bloquear al rookie estrella Daniele Jiizuke Di Mauro y anular el estilo de juego dominante en las primeras rondas que dio a Vitality buena parte de sus victorias en la temporada regular.
En el segundo juego Vitality conseguía frenar parcialmente el control del mapa por parte de sus rivales tomando la iniciativa temprana de abrir fuego contra los campeones de Fnatic, pero estos aprovechaban su mayor experiencia en las últimas etapas de la ronda para hacerse finalmente con su segundo punto.
La tercera partida mostró a unos Vitality convencidos de la necesidad de sorprender a un rival que claramente había hecho los deberes en cuanto a la observación de su juego. La inesperada estrategia daría su fruto tras priorizar en las fases iniciales la consecución de objetivos económicos y esperar a su punto débil de los cuartos de final, el asalto al Naxor, para robar un buff que les permitiría avanzar con éxito sobre el Nexo rival.
Lo que podría haber sido un cambio de suerte para Vitality (y un mayor aprovechamiento del encuentro para los aficionados) se quedó en una última demostración del altísimo nivel de los jugadores de Fnatic, que no se dejaron presionar por el revés del tercer juego y ejecutaron en el cuarto un programa preciso y apenas sin errores.
El próximo domingo a las 16:30 (hora peninsular española) podremos disfrutar de la prometedora final en Copenhague entre unos Fnatic que recuperan su mejor ritmo de anteriores años y unos G2 Esports dispuestos a revalidar por quinta vez su liderazgo en el panorama de League of Legends europeo.
