Después de una primera derrota contra Misfits Gaming y la ajustada victoria contra Schalke, el equipo se ha encontrado con que definitivamente los cambios al meta de alto nivel, que afectan de forma especial a la capacidad de los tiradores durante los primeros compases del juego, suponen un impedimento para su estrategia más habitual de juego.
Así, después de sus prácticas pretemporada el cuerpo técnico se encontró con que la mejor estrategia pasaría por volcar todos sus recursos en el mid laner Rasmus Caps Winther, dejando al AD Carry Rekkles limitado a un papel de apoyo que no coincide demasiado bien con sus mejores habilidades. Como resultado sus actuaciones en la primera jornada empleando a Janna y a Karma no fueron muy destacadas y el equipo ha decidido sustituirlo para la segunda.
En el partido de ayer frente a H2K, el equipo técnico sustituía al tirador por el top laner Gabriël Bwipo Rau, confirmando via tuit del propio director Joey YoungBuck Steltenpool el motivo puramente estratégico y que responde al mencionado cambio de meta.
Bwipo ha demostrado su valía al equipo en numerosas ocasiones y en su trabajo de ayer con Ryze volvió a hacerlo, con cinco bajas a su nombre y un apoyo sólido (13 asistencias) que contribuyó a las 9 muertes logradas por Caps y a un holgado 27 - 5 al final del encuentro. A destacar también el papel de sOAZ con el recientemente favorecido Dr. Mundo, que logró desbaratar casi todos los intentos de recuperación de los rivales.
La salida de Rekkles constituye una condición casi inédita, habiendo formado parte del quinteto titular en todos los partidos disputados desde hace casi tres años. Todo parece indicar que en el partido de hoy contra Vitality (a las 21:00 hora peninsular española) se repetirá la misma alineación mientras el equipo encuentra la mejor forma de hacer encajar al magnífico tirador en un juego ganador.
Los cambios en el metajuego de League of Legends han traído de cabeza a varios equipos y profesionales que cuestionan la lógica seguida por Riot Games para su aplicación y reavivan el eterno debate sobre la inseguridad inherente a los roles especializados en los eSports.
