Si hace unos momentos hablábamos de la carrerilla con la que están encadenando títulos en este 2018 los MAD Lions de League of Legends, podemos decir que su hazaña casi palidece ante la que están logrando Astralis en el mundo de Counter-Strike: mientras en las calles de Londres todavía resuenan los ecos de su imponente victoria en el FACEIT Major hace una semana, los daneses no han perdido el tiempo en reclamar también la corona del (indiscutiblemente menos relevante) BLAST Pro Series de Estambul.
Hay muchas formas de ganar un torneo, desde el ascenso inesperado de la mosquita muerta hasta la recuperación épica tras un revés inicial. Sin embargo, ocasionalmente también observamos un ejemplo de dominio absoluto por parte del favorito y este ha sido el caso con el torneo organizado en suelo turco. Los jugadores de Astralis llegaron al encuentro con toda la energía positiva de su merecido triunfo en Londres y como resultado alcanzaron la final sin conceder ni un solo mapa en todo el recorrido.
Durante las fases preliminares los daneses pudieron deshacerse sin problemas de equipos veteranos como Cloud9, Ninjas in Pyjamas, Space Soldiers o Virtus Pro y ganaron también con solidez a los resurgidos MIBR, augurando un rápido desenlace cuando los brasileños, a los que habían asestado el histórico 16 -0 en Londres, alcanzaron el otro puesto de la final.
A la hora de la verdad, el encuentro daba comienzo con una exhibición en Train que amenazaba con repetir una preocupante tendencia: los daneses lograban dejar el marcador de MIBR en solo tres puntos con una actuación absolutamente estelar de sus jugadores pero sobre todo de dev1ce, que alcanzó una relación de bajas a muertes de 34:7 y unos espectaculares 147,6 puntos de daño de media por ronda.
Afortunadamente para los espectadores y para el equipo brasileño, el segundo choque en Overpass resultaría mucho más igualado; los daneses lograron imponerse en la primera mitad, pero la parte norteamericana de MIBR conseguía recuperar la ronda para su equipo en la segunda, empatando la final con un justo 16 - 14 y haciendo posible un emocionante desenlace en Inferno.
En el escenario definitivo, las dos alineaciones mostraron el mejor juego de los últimos meses con un continuo intercambio de posiciones que hizo las delicias del ruidoso público local y de la considerable audiencia de la emisión oficial. Finalmente, los daneses lograron dar la vuelta al resultado de la anterior ronda y hacerse con el que ya es su sexto trofeo de alto nivel de 2018.
Hay muchas formas de ganar un torneo, desde el ascenso inesperado de la mosquita muerta hasta la recuperación épica tras un revés inicial. Sin embargo, ocasionalmente también observamos un ejemplo de dominio absoluto por parte del favorito y este ha sido el caso con el torneo organizado en suelo turco. Los jugadores de Astralis llegaron al encuentro con toda la energía positiva de su merecido triunfo en Londres y como resultado alcanzaron la final sin conceder ni un solo mapa en todo el recorrido.
Durante las fases preliminares los daneses pudieron deshacerse sin problemas de equipos veteranos como Cloud9, Ninjas in Pyjamas, Space Soldiers o Virtus Pro y ganaron también con solidez a los resurgidos MIBR, augurando un rápido desenlace cuando los brasileños, a los que habían asestado el histórico 16 -0 en Londres, alcanzaron el otro puesto de la final.
A la hora de la verdad, el encuentro daba comienzo con una exhibición en Train que amenazaba con repetir una preocupante tendencia: los daneses lograban dejar el marcador de MIBR en solo tres puntos con una actuación absolutamente estelar de sus jugadores pero sobre todo de dev1ce, que alcanzó una relación de bajas a muertes de 34:7 y unos espectaculares 147,6 puntos de daño de media por ronda.
Afortunadamente para los espectadores y para el equipo brasileño, el segundo choque en Overpass resultaría mucho más igualado; los daneses lograron imponerse en la primera mitad, pero la parte norteamericana de MIBR conseguía recuperar la ronda para su equipo en la segunda, empatando la final con un justo 16 - 14 y haciendo posible un emocionante desenlace en Inferno.
En el escenario definitivo, las dos alineaciones mostraron el mejor juego de los últimos meses con un continuo intercambio de posiciones que hizo las delicias del ruidoso público local y de la considerable audiencia de la emisión oficial. Finalmente, los daneses lograron dar la vuelta al resultado de la anterior ronda y hacerse con el que ya es su sexto trofeo de alto nivel de 2018.