El derbi Norteamérica-Europa de las semifinales del Campeonato del Mundo de League of Legends ha concluido con una victoria dominante por parte de los chicos de Fnatic, que han podido anotarse el 3 - 0 sin dar demasiadas oportunidades a Cloud9.
El camino hasta la semifinal de los dos equipos ha tenido un carácter bastante distinto, con Cloud9 flaqueando en algunos partidos pero haciendo toda una demostración de buen juego en su impecable barrido a los coreanos de Afreeca Freecs y Fnatic manteniendo un registro casi perfecto (con solo dos mapas perdidos frente a los chinos Invictus Gaming y EDward Gaming) a lo largo de todas las fases.
Como os contábamos en el previo, los dos equipos destacan por su flexibilidad a la hora de componer alineaciones atípicas y hoy pudimos ver esa cualidad en la práctica totalidad de las selecciones mientras Cloud9 trataba de encontrar una alternativa con la que compensar el mejor nivel de juego de Fnatic.
Sin embargo, incluso las inventivas combinaciones del equipo norteamericano y su buen rendimiento individual (con especial mención a un Svenskeren cada vez más inspirado) serían insuficientes para detener al mejor quinteto de una LCS europea que definitivamente se encuentra a día de hoy por delante de la norteamericana.
La primera partida comenzó con una fase de selección que no parecía perjudicar demasiado a Cloud9, que había sabido explotar en el pasado la habilidad con Ekko de Licorice y confiaba en elecciones "seguras" como Lissandra y Tristana. Como obvio punto débil, Fnatic podía poner en juego a Leblanc con Caps, el cada vez más popular Viktor en la línea superior y sobre todo dejar a LeeSin en manos de Broxah.
El resultado no se haría esperar demasiado. En una ronda rápida, desigual e incluso descorazonadora, Fnatic aplastaba a Cloud9 en cada pelea, objetivo y torre logrando en pocos minutos una ventaja absolutamente insuperable incluso después de conceder unos instantes a la cautela antes de arrasar la base rival.
Afortunadamente el segundo encuentro daría algo más de juego, con una selección más conservadora en la línea superior de Cloud9 complementada con un dúo especialista en los ataques de área de efecto para mejorar las posibilidades en las batallas en grupo: Viktor para Sneaky y Leona para Zeyzal.
Aunque la propuesta no daría un mal resultado, forzando un ritmo más bajo durante el primer cuarto de hora y dejando a ambos equipos tiempo para acaparar recursos y objetos, la falta de un elemento decisivo según avanzaba el reloj terminó por volver a dejar libertad a Fnatic para hacerse con la victoria. La ronda servía por una parte para emocionar a una afición que veía en el choque más igualado una oportunidad de extender la final pero por otra apuntaba a la posibilidad de que en Cloud9 se quedasen sin ideas para optar a la victoria.
Volviendo a Ekko para Licorice y dejando a Lucian para Sneaky, en Cloud9 probaban una tercera configuración de nuevo más bien conservadora que por segunda vez dejaba sobre la mesa a algunos de los campeones favoritos de Fnatic. Sin embargo, entre un quinteto relativamente frecuente Broxah nos sorprendía escogiendo a un RekSai que se demostraría una selección muy apropiada.
Aunque en los primeros compases pudiese atisbarse la posibilidad de que los norteamericanos sorprendiesen con jugadas de máximo riesgo ante la falta de más oportunidades para desarrollarlas, finalmente la ronda se convertiría en una nueva exhibición de Fnatic, para quienes casi todas las iniciaciones parecían funcionar a la perfección.
De nuevo con una abultada diferencia en todos los indicadores, los europeos completaban el 3 - 0 rompiendo su maldición de muchos años en semifinales y cimentando con un paso más su periplo hasta lo más alto de la horquilla.
El próximo sábado podremos seguir el emocionante desenlace entre dos equipos que ya se han medido antes en el torneo con una victoria para Invictus Gaming y dos (concretamente en los dos encuentros decisivos de la fase de grupos) para Fnatic. El estado de forma y de ánimo con el que llega a la final el equipo europeo es casi inmejorable, pero solo un necio se atrevería a menospreciar las posibilidades de IG en un embite al mejor de cinco con 35 kilos de copa y unos pocos más de orgullo en juego.
