El formato de franquicias implica varios cambios, como la eliminación de la posibilidad de "descenso" que preocupaba a equipos punteros de nuestra región como H2K y Unicorns of Love. A partir del cambio, las únicas posibles causas para abandonar la liga serán un rendimiento permanentemente reducido o el quebrantamiento de las normas de Riot.
A partir de hoy mismo la compañía norteamericana propiedad del gigante chino Tencent comenzará a aceptar solicitudes de equipos europeos para la inclusión, cobrando un precio de 8 millones de euros por plaza a los actuales participantes en la LCS y 10,5 millones a los nuevos.
Uno de los cambios económicos clave será el de la formación de un depósito conjunto de ingresos, que se repartirán entre Riot, los equipos y los jugadores. El dinero llegará desde los patrocinadores de la liga y los medios que adquieran derechos de emisión, así como los patrocinadores de los equipos y sus ventas de merchandising.
El 35 por ciento de los ingresos será repartido entre los jugadores, garantizando un sueldo mínimo anual cercano a los 60.000 euros (el doble del actual, contratos y patrocinios aparte). Un 32,5 por ciento corresponderá a Riot para la organización y producción de los eventos y el resto se repartirá a los equipos considerando su aportación a la economía de la liga.
De forma similar a los equipos de la LCS NA que cuentan con una asociación con franquicias de la NBA, varios de los clubes de la LCS europea podrían alcanzar acuerdos con algunos de los equipos de fútbol con los que en Riot ya han entablado conversaciones. Más información sobre esta posibilidad y sobre los equipos participantes se irá revelando en los próximos meses, en particular desde que finalice el plazo de admisión en otoño.